El voto a favor de la paz significa que todos, Gobierno, empresarios, partidos políticos, fuerza pública, excombatientes y civiles, debemos pensar en construir un proyecto de nación moderno e incluyente.
Desde que se iniciaron las conversaciones de paz entre el Gobierno nacional y las Farc siempre me he preguntado por qué razón un puñado de colombianos ilustres se han opuesto deliberadamente a un proceso que hoy, pese a su alto grado de complejidad, está a punto de firmarse.
Pienso que la razón fundamental de dicha oposición está en las pasiones bajas que generan la guerra.
La confrontación bélica por más de cincuenta años ha creado en los colombianos un sentimiento de impotencia y frustración. La guerra ha despertado sentimientos de odio y venganza, que en muchas ocasiones nos enceguecen impidiéndonos ver el horizonte.
Ahora que se acerca la firma de la paz con las Farc, los colombianos debemos mirar sin pasiones el acuerdo y comenzar a comprender lo que significa la paz para el país.
En el mundo ha habido guerras y confrontaciones armadas mucho más terribles que el caso colombiano. Sin embargo, las partes en cuestión se han sentado en una mesa y han logrado frenar la guerra.
Como lo advirtió el filósofo inglés Thomas Hobbes, el ser humano no puede vivir en un estado de guerra permanente.
En aras del deseo inmenso que tiene de poder, el hombre no puede seguir avivando todo el tiempo el odio y la venganza. El mismo Hobbes anunciaba que para acabar con la “guerra de todos contra todos”, era necesario que los seres humanos firmaran un nuevo contrato social para volver a vivir en armonía.
¿Qué significado tiene el plebiscito para la paz?
El plebiscito para la paz, que es un ejercicio democrático por excelencia, significa que los colombianos no solo vamos a refrendar lo pactado en La Habana. Es algo más profundo. Implica que a partir de ahora los colombianos nos comprometeremos a construir una sociedad en paz y a dirimir nuestros conflictos por la vía del diálogo, y no de la violencia, como lo hemos venido haciendo desde hace más de medio siglo.
El voto a favor de la paz significa que todos, sin excepción, incluyendo Gobierno, empresarios, partidos políticos, fuerza pública, excombatientes y ciudadanos en general, debemos pensar en construir un proyecto de nación moderno e incluyente.
Colombia es un país que hoy cuenta con muchas ventajas frente al mundo globalizado. Su posición geopolítica y cultural, su riqueza y diversidad ecológica y la vitalidad de su gente nos permiten vislumbrar que sí podemos construir un país mejor.
Si una guerra atroz, que arrojó más seis millones de víctimas, no nos destruyó, la paz, con las leyes y reformas sociales que de allí se deriven, nos permitirá construir entre todos el país que queremos.
Por Fabio Martínez
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