A solo dos días de las elecciones, que marcan el final de una contienda electoral para alcaldía, gobernación, concejo y asamblea, se puede decir que en Buenaventura las campañas no se ocuparon de hacer el marketing político de su candidato y por el contrario le quedan debiendo al elector.

 

Con o sin dinero, la contienda en sus inicios auguraba ser una de las más respetuosas de los últimos años en la ciudad, pero con el transcurrir de los días el intercambio de calificativos irrespetuosos afloró, sobre todo en las campañas de gobernación y alcaldía.

 

Lo más triste de todo, es que ese mal ejemplo dado desde los equipos de comunicación de esos colectivos, se trasladó al electorado primario en proporciones inimaginables, hasta en las redes sociales se utilizan palabras de grueso calibre cuando se opina de “X o Y” candidato.

 

Sólo hasta esta última semana, la comunicación y el marketing político de las campañas, se acordó que a su candidato había que llevarlo a los medios de comunicación, para que de viva voz y/o en cuerpo presente, expusiera sus ideas y programas para ganar más adeptos.

 

Pero la culpa no es sólo de los equipos de prensa, las tienen también los propios candidatos que no reorientaron a tiempo la estrategia de vender sus ideales y programas de gobierno, sino que también cayeron en la trampa de descalificar a los otros candidatos en algunas etapas de la contienda electoral.

 

Hoy los electores están polarizados y los perdedores somos todos, pues finalmente no quedó claro en ningún momento, como es que se solucionarán los problemas y el atraso que tiene la ciudad por culpa de sus propios dirigentes.

 

Aún están a tiempo los aspirantes, para salir a los medios de comunicación a ofrece disculpas a la comunidad, por haber realizado una campaña tan de bajo nivel programático en la que se dijeron de todo, pero en contra de su oponente.

 

Solo resta recordar la frase que dice: “Trata bien a la gente cuando subas, porque te la puedes encontrar cuando bajes”.