Foto archivo.

 

El pasado 30 de diciembre de 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas, ONU, adoptó por consenso una resolución que establece la celebración del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, a partir del 1 de enero de 2015 hasta el 31 de diciembre de 2024. Colombia fue el país precursor de esta iniciativa.

Este hecho histórico se deriva de un proyecto promovido por Colombia y que llevó a la declaratoria del Año Internacional de los Afrodescendientes. La iniciativa se presentó en el año 2009, como una propuesta de inclusión orientada a la declaración de una década para los afrodescendientes. “El proyecto lo puse a consideración del gobierno de Colombia, a través del entonces embajador en Ginebra Angelino Garzón, quien lo remitió a la cancillería y desde ahí se inició el proceso. La Cancillería lo acogió positivamente y se hizo con miras a la década. En las negociaciones en Naciones Unidas no se aprobó inicialmente una década, sino un  año y fue escogido el 2011 como el Año Internacional de los Afrodescendientes” explica Pastor Murillo precursor del proyecto.

Bajo el eslogan “reconocimiento, justicia y desarrollo” y luego de una serie de debates, la Asamblea General aprobó finalmente el Decenio Internacional de los Afrodescendientes que tiene como propósito unir esfuerzos para garantizar el reconocimiento, la justicia y el desarrollo de la población afrodescendientes en las distintas partes del mundo.

Antes de iniciar el Decenio se realizará una serie de actividades para conmemorar la declaratoria. “A nivel de las Naciones Unidas se va a debatir de nuevo un proyecto de plan  de acción que incluye, entre otras cuestiones, la elaboración de una declaración sobre los derechos de los afrodescendientes a nivel mundial. También se busca que las agencias de las Naciones Unidas en sus estudios y en el marco de la década se dediquen a la protección afrodescendiente; por ejemplo, que la UNICEF realice uno de sus estudios sobre la situación de la niñez en el mundo y el tema central sea la población afrodescendiente. Que lo propio lo haga el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo y las agencias de las Naciones Unidas, así como las organizaciones que componen el sistema del Banco Mundial” señala Murillo.

Dice además que todas son actividades contempladas en un Plan de Acción adoptado por el Consejo de Derechos Humanos y que sin embargo serán objeto de un debate posterior, antes del inicio del decenio, por cuanto así lo  decidió Naciones Unidas y se solicita a los Estados que desarrollen unas acciones a nivel nacional.

En Colombia, se espera sea una oportunidad para dar el gran paso de adoptar una ley de  igualdad de oportunidades o de cuotas para la población afrodescendientes, recomendada por la Comisión Intersectorial, que identificó las barreras que limitan el desarrollo de dicha población y que ha sido objeto de pronunciamientos por parte del presidente de la República, comprometido de manera directa y pública en adoptar esta ley de cuotas, dice Murillo.

Por su parte Colombia, desde el 2011 que se presentó la primera resolución de la ONU en pro de la población afrodescendiente cuenta con Programas que trabajan por  el “reconocimiento,  justicia y desarrollo” de las poblaciones étnicas en el país, como es el caso del Programa Para Afrodescendientes e Indígenas de USAID, cuyo objetivo principal es garantizar oportunidades de inclusión social, económica y política para los afrocolombianos e indígenas, mediante el fortalecimiento de la capacidad institucional del Estado, el empoderamiento de las organizaciones étnicas, un mayor acceso a oportunidades económicas y el incremento de mensajes positivos sobre asuntos étnicos. El Programa de USAID nació en 2011 luego de ser declarado el año internacional de los afrodescendientes.