Mar 28, 2024

¿Y dónde es el partido?

  • Jun 01, 2018
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¿Y dónde es el partido?

 

El martes 5 de junio, a las 8:30 de la noche, Señal Colombia estrena la serie documental ¿Y dónde es el partido?, coproducción con Mnesia Films, que en ocho capítulos recorre alejados municipios de la geografía nacional para conocer cómo para sus habitantes el fútbol se convirtió en la manera de resistir y superar la violencia vivida en sus territorios.

 

Dos mujeres: Regina en Buenaventura y Durvis en Corocito (Arauca); dos indígenas: Esneider en la Sierra Nevada de Santa Marta y Jhon en Bocas del Yi (Vaupés); Leonardo, un árbitro de El Tambo (Cauca); Javier, un exsargento del Ejército en Bogotá; William, un narrador deportivo de Vallecito (Bolívar) y Ramón, un valiente campesino de La India (Santander) son los protagonistas de esta serie.

 

Ellos tienen algo en común: son víctimas del sufrimiento que la guerra causó en las zonas rurales de Colombia y encontraron en el fútbol, ese deporte que hoy tiene al mundo con los ojos puestos en Rusia, su mejor aliado para superar el dolor. Ellos, en primera persona, cuentan su experiencia de superación frente a la adversidad.

 

Sus historias fueron descubiertas por dos jóvenes realizadores del eje cafetero: el director César Romero Aroca, apenas con 26 años, y el investigador Harold García, en sus recorridos por las regiones como parte de su trabajo para el Centro Nacional de Memoria Histórica, entidad pública que recopila y comunica las historias de las víctimas del conflicto.

 

Pero ¿por qué el futbol cómo hilo conductor? Porque los violentos se dieron cuenta de que el fútbol es un medio que cohesiona, que une a la comunidad y por eso convirtieron a ese deporte en su blanco, para desunir y sembrar miedo, justo en medio de lo que más representaba alegría y solidadridad. Y también porque mover la pelota se convirtió para indígenas, campesinos y combatientes heridos en un ritual que los reivindicó y los ayudó a resistir en el territorio.

 

“Entre las muchas características que tiene Colombia hay dos irrefutables: es un país con una guerra de 60 años que hoy atraviesa por un posconflicto, y es una nación futbolera, porque este deporte se juega en el 80 por ciento del territorio”, afirma el director César Romero, quien agrega:

 

“Este deporte es practicado en todos los rincones del país, porque solo se necesitan dos piedras y algo que ruede. Eso es lo que se quiere reflejar, que el fútbol tiene lugar en diferentes territorios, culturas y tradiciones y sirve de excusa para mostrar la vida de los sobrevivientes y de las comunidades que han resistido la guerra y que encuentran en el fútbol una práctica para reconstruirse”.

 

Las historias

 

Cada uno de los capítulos de ¿Y dónde es el partido? recoge la experiencia de sobrevivientes, como Ramón, uno de los fundadores de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, quienes en el año 1987 buscaron a los cabecillas guerrilleros para decirles “ni con ustedes ni con ellos”, refiriéndose a los grupos paramilitares y a la guerrilla, dejando en claro que la población civil no era parte del conflicto. Esta valerosa actitud les mereció el Premio Nobel Alternativo de Paz en 1990.

 

Las dos mujeres que hacen parte de esta serie documental son Regina y Durvis. La primera es la madre de uno de los jóvenes asesinados en ‘La masacre de los 12 de Punta del Este’, el 19 de abril de 2005. Su hijo era jugador de fútbol, como casi todas las víctimas, y uno de los matachines del barrio en Semana Santa.

 

Durvis perdió a su hermano en la masacre del 8 de febrero de 2003 a manos de los paramilitares y en otras ocasiones tuvo que acatar los toques de queda ordenados por la guerrilla de las FARC y del ELN. Hoy es una mujer activa en su comunidad y conserva lo poco que le queda de su hermano: una fotografía y los trofeos que ganó jugando fútbol.

 

También se cuenta la historia de Leonardo, profesor de deportes que fundó la Escuela de Árbitros de El Tambo, quien recuerda a su amigo Pepe, asesinado por paramilitares, lo que provocó que la escuela fuera vencida por la violencia. O la de Jhon, que siendo un adolescente fue reclutado por la guerrilla, de la que logró escapar años después para volver junto a su familia a las selvas del Vaupés. Hoy es un líder comunitario que hace parte del equipo de fútbol y es un ejemplo de que la vida después de la guerra puede continuar.

 

Por su parte, Esneider, un indígena Wiwa, hoy coordinador de la institución etnoeducativa internado Zharneka, narra a los estudiantes la historia de cómo muchos niños fueron reclutados por grupos al margen de la ley, que les ofrecieron a los jóvenes la práctica del deporte como un atractivo dentro de sus filas.

 

William, en el departamento de Bolívar, cuenta que en los años más duros de la guerra su comunidad tenía que pedirle permiso a la guerrilla para ir a jugar a otros municipios y que debían trasladarse con los balones escondidos, pues el Ejército los convirtió en elementos de guerra al considerar que podían estar cargados de explosivos.

 

Finalmente se destaca la historia de Javier, uno de los primeros militares del Ejército Nacional en recibir curso de derechos humanos. Pertenecía a un pelotón al que llamaban ‘Las Madres’, porque preferían las capturas que las bajas. Fue víctima de una mina antipersona y durante su recuperación intentó unirse a otros soldados que jugaban fútbol, pero terminó en el suelo con sus muletas. Desde ese momento, tan duro emocionalmente, se prometió que volvería a jugar como lo hacía antes.

 

Todas estas historias demuestran que el fútbol en Colombia es mucho más que Rusia 2018, mucho más que el álbum Panini, mucho más que una publicidad apabullante de todas las marcas, es el deporte rey que también une, cura y ayuda a construir paz.

 

 

¿Y dónde es el Partido?

 

Señal Colombia 8:30 p.m.

Capítulos en estreno: Martes 5 al viernes 15 de junio

En repetición: Lunes 18 al miércoles 27 de junio