La elección para las dos curules afro en la Cámara de Representantes de Colombia se han convertido en una zaga de nunca acabar. Hace 4 años los dos escaños fueron secuestrados por politiqueros mestizos. El 11 de marzo de 2018, en las elecciones de Congreso, las dos curules quedaron, ahora sí, en manos de representantes y líderes legítimos de la comunidad afrocolombiana, sin embargo, los leguleyos y enemigos de la representación afro en la Cámara ya iniciaron las artimañas jurídicas para tumbar la elección de los representantes electos por la circunscripción afro Jhon Arley Murillo y Hernán Banguero.
Estos enemigos de la representación afro, liderados por el abogado Gustavo Adolfo Prado, han iniciado una campaña de desinformación, manipulación y persecución jurídica argumentando que se deben repetir las elecciones para la curul afrodescendientes porque, según ellos, el voto en blanco superó los votos por partidos, a pesar de que las cifra muestran todo lo contrario.
Tras la votación del 11 de marzo de 2018 los votos válidos en la circunscripción afro fueron 426,298, votos por partidos 222,662 y los en blanco 203,636. Evidentemente los votos por partidos superan en casi 20 mil votos al voto en blanco. Pero aquí es donde viene la leguleyada de Prado y los malos perdedores. Según ellos, hay que restar a los votos por partidos, los 47,932 votos que se dieron por fundaciones y movimientos que tuvieron inscripción revocada, en esas circunstancias los votos por partido serian inferiores al voto en blanco.
Se trata de una interpretación perversa encaminada a hacer trizas la voluntad popular y al final dejar de nuevo a los afrocolombianos sin representación en el nuevo Congreso que se posesionará el 20 de julio. Hubo un incremento del voto en blanco en la elección de Cámara de Representantes como ha ocurrido en años anteriores, pero por un error en el diseño del tarjetón que contaba con tres casillas para voto en blanco dos de ellas en la parte inferior de la tarjeta que inducen al error al elector.
Ante esta clara amenaza, no podemos quedarnos como comunidad callados y de brazos cruzados. Empecemos por señalar que el señor Prado todo lo que busca es revancha y crear de nuevo caos en nuestras curules, bajo una falsa defensa de los derechos de la comunidad afrocolombiana, él viene orquestando una persecución jurídica al consejo comunitario de la zona rural de Cali, Playa Renaciente que avaló la candidatura de Jhon Arley Murillo.
Primero pidió revocar la candidatura, petición que fue negada por el Consejo Nacional Electoral, ante ese fracaso y la contundente victoria de Jhon Arley ahora Prado pide anular la elección por un supuesto triunfo del voto el blanco. El abogado Prado se ha lanzado en el pasado a la cámara por la circunscripción afro, pero ha fracasado, así que lo que no ha ganado en las urnas lo quiere obtener en los estrados judiciales con manipulaciones.
La representación de los afrocolombianos en el Congreso es un asunto de la mayor seriedad y vital para avanzar hacia una Colombia más incluyente y democrática, por lo tanto, las dos curules afros no pueden usarse para juegos y artimañas jurídicas, la voluntad popular se ha hecho escuchar y esperamos que el Consejo Nacional Electoral y el Consejo de Estado sepan desestimar estas pretensiones de los enemigos de la representación afro y así acabemos la incertidumbre jurídica que se quiere imponer.
Nota ciudadana
