Con la presencia del Nuncio Apostólico Ettore Balestrero, el sábado 12 de agosto de 2017 se realizó la posesión canónica del Obispo de Buenaventura, Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya y del arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve, Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de Pereira, entre otros altos jerarcas de la iglesia católica en la región, quien agradeció al Papa Francisco su nombramiento y dejó ver su inmensa alegría por estar en el pacífico vallecaucano.

 

Monseñor Jaramillo Montoya, indicó en su discurso que “el amor de Dios me ha consagrado para su servicio y me ha constituido como pastor de esta iglesia particular que peregrina en Buenaventura, con la tarea de enseñar, santificar y guiar, en comunión jerárquica con el sucesor de Pedro y con los otros miembros del colegio episcopal”.

 

Recalcó que se siente muy contento de estar en Buenaventura y de querer servir a ejemplo mismo de Cristo, qué no vino a ser servido sino a servir.

 

Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura

 

El Obispo de Buenaventura destacó la labor realizada por sus antecesores como Monseñor Gerardo Valencia Cano, Hermano Mayor y el primer Vicario Apostólico, el pastoreo de Monseñor Heriberto Correa Yepes; al primer Obispo de la Diócesis, Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, y por supuesto a Monseñor Héctor Esparza Quintero, de quien pidió a Dios que le recompense toda la obra realizada.

 

Indicó Monseñor Jaramillo, que quiso colocar en su escudo episcopal, la frase de San Pablo a los Corintios “caritas Christi urget nos”, que significa “la caridad de Cristo nos urge, para que sea una motivación permanente en su ejercicio episcopal”.

 

Se encomendó a la protección de la Santísima Virgen María, para que ella lo lleve de la mano en la tarea que emprendió desde el 12 de agosto.