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Monseñor Epalza no calló ante las malas administraciones de Buenaventura

  • Jul 09, 2017
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Monseñor Epalza no calló ante las malas administraciones de Buenaventura

 

Monseñor Héctor Epalza, finalmente recibió respuesta oficial a su carta de renuncia que había presentado hace dos años, luego de cumplir la mayoría de edad como obispo diocesano. El Vaticano confirmó su salida la cual está prevista para el 12 de agosto del presente año.

 

Pero antes debe cumplirse la ordenación como Obispo del párroco de la iglesia San Martín de Porres y Rector de la Universidad Católica de Pereira, del Padre Rubén Darío Jaramillo Montoya, ceremonia que está prevista para el 29 de julio.

 

Monseñor Epalza al conocer la noticia dijo “cuando me ordenaron como Obispo, sé que el que viene es mejor que yo. Espero que la comunidad lo acoja”, aseguró el prelado que llegó a Buenaventura hace 17 años.

 

Si algo distinguió a Monseñor Epalza fue no callar ante los problemas internos, las malas administraciones y la injusticia social.

 

Tuvo que afrontar un largo cuestionamiento que se hizo público porque un diácono, a toda costa quería ser ordenado como sacerdote.

 

En época reciente afrontó la partida de la comunidad Salesiana de Jesús Adolecente. Esa decisión que fue tomada desde el interior de la comunidad generó un enfrentamiento con el sacerdote Israel López Puín que fue separado de la comunidad.

 

Monseñor Epalza no calló ante las malas administraciones de Buenaventura

 

Otra determinación vertical asumida por Monseñor, tuvo que ver con no permitir la salida del Santo Patrono a la procesión debido al descomunal desorden que se formaba.

 

Levantó la voz para denunciar con vehemencia la situación de seguridad en la ciudad, al punto que en los últimos años se vio obligado a abandonar la ciudad por que se temía por su seguridad. A su regreso las prevenciones continuaron por eso oficiaba las misas acompañado de un escolta.

 

En el 2014, el Obispo lideró una marcha para enterrar la violencia y vivir con dignidad, que tres años después motivó el paro cívico de Buenaventura que paralizó las actividades económicas del puerto por 22 días.

 

Las denuncias que hace tres años monseñor Epalza hizo sobre las casas de pique llevaron a que el Gobierno nacional le prestara atención a la situación social de la ciudad, dando paso al fondo autónomo del Plan Pazcífico.

 

Monseñor Epalza no calló ante las malas administraciones de Buenaventura

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