El mensaje central para la comunidad de Buenaventura es la posibilidad de que todos nos proyectemos de una manera distinta, es saber de que éste tiempo es la posibilidad para que hagamos un examen de introspección, un estudio profundo de nuestras vidas y nos demos cuenta de que podemos ofrecer las mayores cosas al mundo entero, indicó el sacerdote Carlos Magno Osorio.

 

Agregó que nuestras actitudes de pecado afectan toda la estructura social de Buenaventura pueden cambiar, la actitud de cada uno cambiada puede hacer que la ciudad tenga un mejor rumbo.

 

Esta es la oportunidad para que todos nos proyectemos de una manera distinta, para que proyectemos lo que verdaderamente somos, hijos de Dios; para que proyectemos al mundo entero le gigante que tenemos dentro, para que dejemos salir la luz que de pronto está opacada por nuestros pecados y nuestra falta de responsabilidad.

 

La cuaresma van a ser 40 días de preparación y de proyección para el acontecimiento de la resurrección que es definitivamente lo que somos, no somos ciudadanos de la tierra, ni somos ciudadanos para el infierno sino que la ciudadanía está en el cielo: Pbro. Carlos Magno Osorio.

 

Presbítero Carlos Magno Osorio

 

“La Iglesia Católica siempre tiene abiertas las puertas, para ustedes; nosotros como católicos nunca exigimos nada y siempre es desde la libertad que cada uno va experimentando en el encuentro con el Señor. La invitación es a que vengan, los estamos esperando, nos hacen falta, la sociedad nos ha vendido una afirmación de que nadie es indispensable, pero en la iglesia todos somos indispensables”, afirmó el sacerdote Carlos Magno.

 

Nos está haciendo falta, lo estamos extrañando, no importa si pecó o si no pecó, si se alejó, si habló, etc., lo importante es que venga porque aquí lo estamos esperando para que juntos como dice la canción “juntos como hermanos, miembros de una iglesia” hagamos de esta realidad bonaverence algo distinto, dijo.

 

Señaló que a veces las personas creen que el que viene a la iglesia es porque es santo, no; ojalá la iglesia estuviera llena de santos, los que venimos a la iglesia, los que presidimos la eucaristía, obispos, sacerdotes y todo, somos los más pecadores y por ser pecadores es que necesitamos estar más cerca de Dios.