Abr 19, 2024

EPSA te invita a no usar la palma de cera en este Domingo de Ramos

  • Mar 27, 2015
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EPSA te invita a no usar la palma de cera en este Domingo de Ramos

La palma de cera (Ceroxylon spp.) es una de las palmas nativas de mayor altura. Sin excepción llama la atención de cualquier persona y es el hogar que escogió el loro orejiamarillo Ognorhynchus icterotis), para anidar. Declarada árbol nacional y símbolo patrio desde 1985, representa, además, salud para los ecosistemas y alimento para muchos otros animales, como dantas, roedores, cotorras, tucanes o mirlas.

 

EPSA promueve y financia un proyecto sin precedentes en Colombia que busca proteger la palma de cera, en peligro de extinción, con la siembra de 7.500 individuos. Este proyecto lo adelanta la empresa en el área de influencia de la central hidroeléctrica Cucuana, en construcción, junto con la Universidad del Tolima y la Fundación Proaves.

 

Naciendo en La Abundancia

 

La vida de una palma de cera está en las manos de Sandra Janeth Hernández y Carolina Rivera, quienes en un predio de la vereda San Miguel, denominado La Abundancia, cuidan las plántulas que en unos años serán hermosos árboles de 90 metros de alto, la casa donde anidan cientos de loros orejiamarillo.

 

Este predio hace alusión a su nombre: es un vivero forestal con capacidad para albergar más de 20.000 plántulas de palma de cera y otras especies, que con muchos cuidados empiezan a gestarse.

 

Ellas todo el día recogen semillas para luego zarandearlas (sacarle la basura a la tierra para que esta quede dócil y manejable), embolsarlas y acomodarlas para que esa semilla del tamaño de un grano de arroz empiece a crecer y las plántulas se adapten al entorno. “No es un trabajo fácil, pero sí muy gratificante”, dicen ambas jóvenes con mucho en común: madres solteras cabeza de hogar.

“También hay que regarlas, podarlas, desyerbarlas y aplicarles el fertilizante hasta cuando estén listas para trasplantar y ser llevadas al campo”, agrega Carolina. Y el trabajo no termina allí. Sandra comenta que “Debemos estar con los ojos abiertos por si van creciendo o en el proceso se nos mueren. Si esto sucede, nos tocar volver a recolectar hasta que la semilla esté buena”.

 

Gracias a su cuidado, además de las plántulas de palmas de cera, hay plantas de Aliso, Encenillo, Manzano de Monte, Cedro, Cerezo, Naranjuelo, Mano de Oso, Cedro, Mamey, Arrayan y Guayabo, que buscan ser frondosos árboles a lado y lado de las cuencas de los ríos Cucuana y San Marcos.

Gonzalo Cardona, de la Fundación Proaves, entidad con la que EPSA lidera este proyecto, que busca proteger la palma de cera, afirma que con estas plántulas se busca además “resucitar” especies que están en vía de extinción. “El Manzano de Monte y el Roble están a punto de desaparecer por ser maderables, y se necesitan para el enriquecimiento y protección de nacimientos y cuencas”.

 

Creciendo en los bosques

 

Buena parte de estas plántulas que se gestaron en el vivero hoy son pequeños árboles que empiezan brotar sus hojas verdes entre bosques silenciosos e inundados de bruma. La palma de cera, es uno de los árboles más grandes del mundo, sin embargo, solo crece entre 15 y 20 centímetros al año.

 

Pese a ello, en este bosque ya hay palmas que empiezan a mostrar sus hojas sanas y verdes. Hay otras que aún están tan pequeñas que sus hojas se pierden entre la hojarasca y en las ramas de árboles longevos.

 

Las 7.500 palmas están distribuidas en 44,9 hectáreas de bosque y separadas en seis predios, debidamente aislados y señalizados. “Cada planta está marcada para hacerle seguimiento detallado a su crecimiento y desarrollo” explica Diana Ruíz, ingeniera forestal de la central hidroeléctrica Cucuana.

 

• Predio San José, vereda San Marcos: 2.400 palmas de cera en 15,4 hectáreas

• Predio Santuario, vereda El Coco: 2.380 palmas de cera en 15,2 hectáreas

• Predio Camelias, vereda El Coco: 1.197 palmas de cera en 7,7 hectáreas

• Predio El Carmen, vereda San Marcos: 1.027 palmas de cera en 6,6 hectáreas

• Predio El Brillante, vereda Cucuanita: 300 palmas en 1,9 hectáreas

• Predio Buenavista, vereda Cucuanita: 196 palmas en 1,2 hectáreas

 

En algunos bosques donde hay palma de cera se realizaron montajes de unidades de monitoreo con el propósito de evaluar la dinámica de la matriz de pastizales, restauración y bosque natural.

EPSA te invita a no usar la palma de cera en este Domingo de Ramos

 

Investigación de palma de cera

 

A la par de este proyecto, que se realiza por primera vez, de estas dimensiones en Colombia, también se adelanta con la Universidad del Tolima un detallado estudio durante cuatro años para determinar el desarrollo de la palma de cera y las causas de su extinción, que hasta hoy son inciertas. Esta investigación permitirá tener más datos sobre sus métodos reproductivos en diferentes tipos de terreno, estudio del cual ya hay un primer documento.

 

Ministerio de Medio Ambiente exaltó el proyecto

 

Una comisión de este Ministerio visitó el municipio de Roncesvalles con el fin de hacer seguimiento a las medidas de compensación de una resolución que permitió levantar parcial y temporalmente la veda de 36 individuos de palmas de cera, de las cuales solo 32 fueron aprovechados para la ejecución del proyecto de la central hidroeléctrica Cucuana.

 

El plan de compensación se divide en cuatro fases, las cuales fueron objeto de revisión en campo por los funcionarios del Ministerio:

 

- Estudio fitosanitario de 36 palmas de cera

- Estrategia de producción, siembra y monitoreo de 7.500 plántulas de palmas de cera

- Programa de investigación forestal

- Difusión de los resultados de la investigación